EN NAVIDAD, TURRONES.

Un clásico postre de Navidad ha sido siempre el turrón, ese dulce tan característico en estas fechas. Desde últimos de noviembre, en los supermercados, acondicionan unos pasillos con estantes para colocar estos productos típicos, polvorones, mantecados, mazapanes, bombones, garrapiñadas… y los turrones. Miles y miles de tabletas apiladas en las repisas, cada año hay más surtido, turrones de todas las clases y sabores: de praliné, de yema, de coco, de coco recubierto de chocolate, de chocolate con arroz, de chocolate con almendras, rellenos de múltiples sustancias, en fin una cuantía más que suficiente para abastecer y marear a los golosos. Ha cambiado mucho el sector en estos años, todavía me acuerdo cuando solo había dos tipos de turrón: el blando y el duro. El blando era un poco asqueroso, no tenía consistencia y se derretía dentro del embase, y no veas como se ponía la mesa y los comensales, con ese caldillo pegajoso que desprendía. Y luego estaba el duro, el duro durísimo, esas tabletas que semejaban ladrillos árabes, tochos, que no había manera de partir, que se mellaban los cuchillos en el empeño, y los dientes, ¡ah! los dientes, había que tener cuidadín con los dientes, que las técnicas estomatólogas no eran ni mucho menos las que conocemos hoy en día.

Coloco de muestra la portada del Almanaque para 1976 de la revista DDT de la Editorial Bruguera, con un chiste del genial Raf, y una página interior del mismo tebeo repleta de chistes de Conti aludiendo a los turrones. Para enteraros de más cosas de esta editorial, de sus Almanaques Navideños y de sus autores os recomiendo visitar el estupendo blog de Los Burgomaestres.