Un día se le ocurrió incluir en el dibujo la figura de un perro, que se hizo tan famoso y tuvo tan excelente acogida que cuando no aparecía en la caricatura originaba reclamaciones al periódico. Como ocurre siempre con los grandes éxitos, hubo reproducciones del perrito en dijes, estuches, gemelos, abanicos… Hasta fue premiado en una Exposición canina, celebrada en el Retiro, con un “hueso de honor”, y la Sociedad Protectora de Animales expresó su gratitud al dibujante por el cariño que representaba su creación hacia el más fiel, para el hombre, de todos los animales.
Aquí tenéis una pequeña muestra del simpático can:
Y ahora un autor menos conocido que el anterior, Manuel Urda Marín, menos preciado y muchísimo menos recordado, quizá por que no se dedicó al humor gráfico serio, el publicado en periódicos, sino a un género menor encaminado al público infantil denominado tebeo. Urda también dibujó, desde sus comienzos en la mayoría de sus historietas, una mascota. También y como Xaudaró, un perro, que fue evolucionando a medida que evolucionaba el estilo de su creador. Ese gracioso animal que podemos ver, siempre con gran naturalidad, en los rincones de las calidas viñetas de Urda.
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