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miércoles, abril 16, 2008

OTRA ENTREVISTA A VÍCTOR DE LA FUENTE.

Creo conveniente, para un entendimiento pleno de “Haxtur”, hacer un rastreo a las declaraciones que hizo su autor en la época de su primera publicación. Esta que os traigo hoy apareció en el número 4 de la revista El Globo, editada por Buru Lan en mayo de 1973.

La historieta gráfica española atraviesa por uno de sus mejores momentos, sus autores son conocidos y apreciados más allá de nuestras fronteras, obteniendo importantes y bien merecidos galardones, Por ello, “El GLOBO” se complace en ofrecer a sus lectores una entrevista realizada por nuestro colaborador Pedro Tabernero a uno de los principales autores actuales de historietas y magnífico representante del alto nivel artístico logrado en esta especialidad. Nos referimos a Víctor de la Fuente.

Pedro Tabernero: “Los problemas que plantea HAXTUR son los de toda aquella historia cuyo contenido aborda la circunstancia – política, social, religiosa...– que nos rodea, por la prevención que hay que tener para tocar estos temas sin herir susceptibilidades”. Eran algunas de las opiniones de Víctor de la Fuente para una entrevista no muy lejana en el tiempo. En cambio, Víctor, he oído comentarios en los que se te achaca el que estas preocupaciones a las que aludes te han llevado a eclipsar tanto el mensaje que a veces ha quedado velado por completo.

Víctor de la Fuente: Las precauciones para abordar la temática total de HAXTUR no han sido sino una parte de relativa importancia en el propósito de la obra. Cuando comencé a realizar HAXTUR me propuse emplear una técnica narrativa difícil, eliminando los textos de apoyo y toda indicación que separase los espacios temporales entre pasado y presente, entre sueño y realidad. Mi intención era modificar sustancialmente las técnicas al uso en las cuales todo está señalado frente al lector para procurarle una lectura fácil y sin complicaciones. Contra lo que muchos creen, yo pienso que el lector de cómics posee una capacidad reflexiva que normalmente no ejercita con una historia clásica.
Al eliminar los textos de apoyo, usé la parte literaria exclusivamente como complemento del relato iconográfico, reiterando parlamentos y usando frases entrecortadas con el propósito bien determinado de impedir una lectura rápida, con lo que pretendía que el lector regresara a lo ya leído, haciéndole reflexionar al cortar su lectura y examinar lo ya visto.
Con esta revisión estaba dando al lector la clave del mensaje que he pretendido hacer llegar. Es posible que esta técnica tenga dificultad para el lector al no entregarle el mensaje con nitidez. Pero así he logrado lo que me proponía con HAXTUR, relatar con un cierto nivel a aquellos que desean tomarse la molestia de buscar algo más en la historieta.
La problemática de HAXTUR, es la problemática del hombre, sea español, japonés o lapón. Hay unos conceptos de vida que nos son comunes a todos y el haber tratado en mi historieta estos problemas (analizados desde mi punto de vista personal) es lo que ha hecho de HAXTUR una historia que se acepta y comenta en muchos países y yo creo que si en lenguas extrañas a nuestro idioma logran entender su intención, es evidente que e1 mensaje es claro para el lector inteligente.

P. T.: Háblanos de tus comienzos en el madrileño estudio de López Rubio.

V. de la F.: Es bien poco lo que puedo contar, ya que sólo alcancé a estar allí algunos meses antes de mi marcha para América. Sin embargo, creo que fue en estos estudios donde se cristalizó mi deseo de ser ilustrador. Aunque la vocación por la ilustración existía ya, mi porvenir como dibujante estaba sujeto a las necesidades crematísticas, ¡tenía que hacerme dibujante y muy pronto! si no tendría que entrar a trabajar en un banco o en una oficina cualquiera. Con el estímulo de mis compañeros de estudio, Gordillo, Cuesta, Perellón, Blanco, Vigil, Huete, Roso y otros, logré convertirme en dibujante. Luego vinieron colaboraciones en FLECHAS Y PELAYOS, ZAS y CHICOS. Posteriormente viajé a América.

P. T.: Desde entonces hasta ahora, un largo recorrido como profesional. Como conocedor del panorama, coméntanos los principales problemas que tiene hoy planteados el profesional de la historieta en nuestro país.

V. de la F.: Estos problemas están sujetos fundamentalmente a la carencia de medios donde pueda publicar sus trabajos con un mínimo de dignidad. Muchos editores españoles todavía consideran al cómic como un subproducto. No le conceden valor literario y por lo tanto lo ignoran, si no lo desprecian. Ignoran que otros extranjeros (Rizzoli, Mondadori, Springel, Kauka, Dover...) que hasta hace muy poco tiempo se autoprohibían publicar cómics, lo están haciendo atropelladamente, con el fin de ganar la mano a la enorme competencia en este nuevo campo editorial. La creación española de cómics es una de las más importantes del mundo en la actualidad. Editores extranjeros están compitiendo por asegurársela para sus fondos editoriales.
Aparte de este grave problema de organización y clarividencia editoriales, luego viene el viejo tema de la medida en la libertad narrativa, donde autores con una gran madurez tienen que adecuar sus mentes para producir abortos destinados al consumo masivo, o a crear historias que complazcan a estratos primarios. Y por último, está el tan debatido problema de los derechos de autor. Derechos que se ignoran o no se aceptan, por considerar al dibujante de historietas uno más dentro de la plantilla de obreros manuales de la editorial, y por consiguiente, sometido a todas las servidumbres, pero sin gozar de ninguno de sus beneficios.

P. T.: ¿Qué soluciones propones?

V. de la F.: Yo no sé qué solución dar a un problema en el que cada uno de los autores se encuentra en una situación distinta de la de los demás. Sin embargo creo que sería útil para todos plantear frente a los editores la necesidad de que ellos respeten unos derechos mínimos sobre la obra de cada uno de los dibujantes. Que los editores retribuyan al autor el derecho por republicaciones, ediciones en libros o ventas de la hora a otros editores.
Creo que con buena voluntad las soluciones serian muchas, pero para lograrlo es imprescindible el buen propósito, tanto por parte de los editores como de los dibujantes.

P. T.: Entiendo el cómic como un excelente medio para comunicar algo a la persona adulta, en su completa acepción, ¿debe interpretarse ese algo como un medio de evasión necesaria- mente o pudiera ser algo mas positivo?

V. de la F.: El cómic, como medio de comunicación, creo que resume en sí los valores positivos de otros medios; narra una historia en la que caben muy distintos valores: el literario de una buena novela, de un cuento o de un tratado de historia; el de la imagen de la narración cinematográfica y televisiva; el de la anécdota periodista desde el ángulo inesperado del ilustrador, etc., etc.
Por consiguiente si la historieta se hace con el propósito de servir de evasión, cumple sus funciones perfectamente. Pero yo creo que la historieta DEBE tener algo más positivo que el simple destino de entretener, DEBE contar y contar BIEN, y esto a todos los niveles, tanto infantiles como adultos, Si esto se logra en la historieta, entonces el cómic o la historieta es un poderoso vehículo de formación.

P. T.: De todas formas, las ideas en estos otros sentidos distintos de la simple evasión no abundan. ¿Qué razones hay para que no existan guionistas o vocaciones para guionistas, que intenten servirse del cómic como trampolín de base informativa o comunicativa y estén dispuestos a esforzarse para aportar ideas de interés?

V. de la F.: Básicamente es un problema de retribución adecuada y digna de la labor literaria. Por otra parte, los guionistas encuentran una gran dificultad al no poder expresarse con plena libertad.

P. T.: Si tuvieras que elegir una historieta concreta para ser sometida a un análisis formal, que sirviera de ejemplo para considerar al cómic como un medio de expresión de forma y contenido positivos, ¿cual elegirías?

V. de la F.: Probablemente la HISTORIA DEL CHE GUEVARA, de Alberto Breccia. En ella se desmitifica al héroe y se analiza al hombre. El héroe está desposeído de todos sus atributos, se enfrenta al lector sólo con su imagen, y cada uno de los lectores lo califica como héroe o villano. Creo que Breccia ha logrado una labor de análisis verdaderamente gigantesca, con un grafismo que raya en la abstracción, ha hecho palpitar a un hombre en su desnudez dialéctica, superando todo lo que tiene de mito este personaje.

P. T.: ¿Qué problemas técnicos te plantea una historieta?

V. de la F.: El más grande de todos: el de poder hacerla bien.
Primero buscar un tema que por sí solo tenga interés, luego desarrollarlo sobre una gran masa de información y posteriormente aglutinar todo ello con un dibujo que tenga, independientemente de su calidad, una gran fuerza narrativa.

P. T.: Es muy discutido a todos los niveles el tema de plagios, influencias, incorporación de soluciones graficas, asimilación, recreación y desarrollo a partir de imágenes no propias, en la historieta. Nos gustaría conocer tu opinión sobre este asunto y si lo crees o no valido.

V. de la F.: Opino que es sólo un problema para aquel que lo practica, ya que a la larga el único que sale perjudicado por ello es el que abusa de él.

P. T.: Habitualmente, introduces en tus historietas una mayoría de planos generales y medios, incluyendo todos los personajes en el cuadro. ¿Te favorece este modo de narrar?

V. de la F.: El uso de planos medios y generales obedece a que todas mis historias están realizadas en páginas de 4 ó 5 viñetas, es decir en página entera y no en tira de prensa. Para mí, la página es un total resultante de varios fragmentos y en cada uno de los fragmentos hay una parte de la historia. Al concebir la página, la estudio para que “funcione” bien ante el lector, la distribución de las viñetas debe tener un ritmo adecuado a la acción y un equilibrio de composición modular que la haga grata al primer golpe de vista.

P. T.: Pero, ¿la casi total ausencia de primeros planos?

V. de la F.: Los primeros planos (cabezas) los uso con poca frecuencia, ya que considero que, aparte de tener menos fuerza narrativa que una escena, son tremendamente difíciles de dibujar para que queden con la suficiente intensidad plástica, como para que por si solas cuenten algo con interés. Sólo uso los primeros planos para enfatizar o interrumpir una secuencia. Creo que favorece mi narrativa porque prefiero suplir los parlamentos con una imagen que relate por ella misma.

P. T.: Tus últimos temas son atemporales, no se pueden asignar a un momento concreto y tiene como centro al hombre, alrededor del cual giran. ¿Aceleras así el acercamiento al lector, la comunicación?

V. de la F.: El hombre y su problema es eterno. De ahí la intemporalidad de los temas. Pero al estar el hombre sujeto a una problemática que es común a todas las épocas, esa intemporalidad tiene valor temporal, y al lograr el acercamiento del lector al tema desarrollado en la historia se establece la comunicación y por consiguiente el acercamiento autor-lector.

P. T.: Hombre afable, honrado, sereno. Racional. Víctor de la Fuente es uno de los autores más cotizados del cómic actual. “Haxtur” y “Mathai-Dor” son un constante homenaje al racionalismo. ¿Tienen un cierto sentido autobiográfico?

V. de la F.: Las dos obras son un homenaje al hombre, a su existencia, a sus derechos y a su capacidad de razonamiento.

P. T.: ¿Proyectos?

V. de la F.: Muchos.


Bueno, continuaré con Víctor de la Fuente y Haxtur la semana que viene. Durante estos próximos cuatro días estaré en el Salón del Cómic de Barcelona. Me podréis encontrar en el stand de Malavida. ¡Hasta la vista!

VÍCTOR DE LA FUENTE, TODO UN MUNDO SOÑADO.

Con este título apareció en el póster central del número 25 de la revista Trinca esta entrevista realizada a Víctor de la Fuente por Alfonso Lindo, redactor jefe de la publicación, la transcribo a continuación:

La vida de Víctor de la Fuente daría tema para una historieta. Después de trabajar en España por los años 44 ó 45 decide marcharse a América del Sur, solitario (como Haxtur), sin recursos (tan sólo sus ideas). Víctor trabaja en las más diversas labores, pero su tesón y sus ansias de triunfo le llevan a conseguir su objetivo: dibujar historietas, su auténtica pasión. Y dirige “El Peneca”, una de las revistas más antiguas del continente sudamericano “que muere por asfixia como consecuencia de la aparición de nuevas formas”.

Pero Víctor no se desanima y crea su propia agencia de publicidad, lo que le permite conocer los Estados Unidos, donde se pone en contacto con dibujantes, a través de la “Dell Publishing”, y comienza a colaborar en algunas publicaciones. Luego, por motivos personales (“Para reencontrarme con mi país después de todos esos años”), vuelve a España, trabajando para la Fleetway dibujando hazañas bélicas y para la D. C. Thompson. Dibuja la serie Sunday, que actualmente se está publicando en catorce países, aunque sigue inédita en nuestro país.

“Haxtur” es su personaje favorito, acaso porque pueda representar su propia peripecia humana.
Los problemas que plantea “Haxtur” son los de toda aquella historia cuyo contenido aborda la circunstancia – política, social, religiosa...– que nos rodea, por la prevención que hay que tener para tocar estos temas sin herir susceptibilidades. En cuanto a los problemas técnicos, mi preocupación es la de romper con la forma tradicional de hacer historietas, que es la línea pura, y trato de incorporar una serie de elementos que hasta ahora estaban vedados por dificultades técnicas de impresión; entonces incorporó unos medios que permiten una reproducción casi perfecta, como las esponjas, el trapo, las tramas mecánicas, etcétera.

Algunas críticas apuntan hacia el texto de “Haxtur”, haciendo ver la reiteración y, a veces, las dificultades de comprensión que entraña. ¿Lo busca intencionadamente Víctor de la Fuente? Dejemos a un lado la calidad insuperable del dibujo, en cuanto que esta historieta constituye, hoy por hoy, una obra maestra del “cómic” mundial.
La historia hay que resumirla en seis páginas, y esto ya trae problemas verdaderamente serios. Entonces la historia tiene que trepidar, tiene que correr, tiene que ser muy veloz, lo que hace que el lector piense que está incompleta. Para detener la atención del lector uso generalmente un lenguaje reiterativo, insistente, machacón, porque de este modo le invito a la reflexión, a buscar el porqué de las cosas, obligándole a volver atrás para que reflexione sobre las cuestiones que le hacen dudar.

Víctor de la Fuente podía estar hablando de su personaje favorito durante muchas horas. Víctor es un hombre sencillo, amable y lleno de una humanidad increíble. Víctor siente admiración por Harold Foster (el creador de “El Príncipe Valiente”) y Milton Caniff (creador de “Terry y los piratas”). Al igual que el primero, Víctor incorpora a su historieta un clasicismo gráfico, en el que se alían la elegancia y la majestuosidad, que Foster hace patente en “Tarzán”, desde su aparición en 1929; del segundo incorpora el armonioso equilibrio entre el diálogo y la acción, y de ahí que los diálogos de “Haxtur” sean a veces duros, a veces líricos, a veces tocados por un matiz de humor muy sensible. Y, finalmente, tiene la misma admiración por José Luis Salinas, el dibujante argentino que creó para la K. F. S. el insuperable western “Cisco Kid”, uno de los artistas cuyo grafismo es de los más bellos del mundo.
Lo que más me interesa destacar en mis personajes es, fundamentalmente, el carácter de seres humanos, de modo que no sean ni en lo más mínimo el estereotipado personaje de la historieta, el que todo lo puede, todo lo vence y supera todos los obstáculos por la fuerza. Mis personajes los conformo en base a su calidad humana, de modo que el lector pueda identificarse con ellos y los encuentre parecidos a cualquier hombre que uno se encuentre por la calle, dotados de una serie de virtudes y defectos.

El autor de “Haxtur” ha realizado también otras historietas de hazañas bélicas y de westerns. Pero seria curioso saber qué es lo que más le gusta realizar dentro del “cómic”.
Lo que más me gusta hacer son los “cómics” mismos, no tengo predilección por un tema determinado. Ahora bien, eludo toda aquella historieta que tenga temporalidad; es decir, que esta circunscrita a una época muy marcada con caracteres externos, como puede ser hoy incluir en la historieta automóviles o vestidos o peinados de señoras. Y ahí tenemos el trágico ejemplo (digo trágico en el sentido más amable del término) de “Flash Gordon”, de Alex Raymond, que es una historia de ciencia-ficción en la que la realidad ha superado la propia imaginación del creador. Por ello, te repito que eludo toda manifestación temporal y circunscribo la acción básicamente al hombre, y, por consiguiente, a sus reacciones frente a las cosas dentro de mundos extraños, de un mundo que puede ser el nuestro, pero soñado.

Víctor de la Fuente y “Haxtur”: un hombre y un símbolo. Todo un mundo repleto de fantasmagoria.

Alfonso LINDO

martes, abril 15, 2008

A VUELTAS CON HAXTUR.

Este texto que copio a continuación aparece en el primer tomo de Haxtur, el publicado por Doncel allá por el año 1971:

HAXTUR es la representación del idealismo del ser humano. Se presenta como un guerrero actual, símbolo del idealismo humanizado para el hombre de hoy.

HAXTUR, protagonista de unas acciones de ciencia ficción, simbólicas de unas realidades humanas, se introduce en un mundo onírico en el que se condensan todos los conflictos del mundo actual: la guerra, el abuso de poder, la alienación de la persona humana, la ausencia de libertad, los mitos, etc.

En las siete aventuras que vive en este primer álbum nuestro personaje aparece como un ser inteligente y noble. Frente a los enemigos y frente a los problemas de vida o muerte que se le presentan, jamás abusa de la fuerza. La idea de redención del débil mueve todas las acciones que impulsan el camino del generoso guerrero. Son historias de ficción donde se descubre la miseria de la vida o, al menos, la miseria de muchas vidas. La existencia agitada de HAXTUR es como una purificación de todos los egoísmos. Sin tregua ni descanso, HAXTUR nunca acampa después de la victoria. Sigue siempre adelante en busca de una nueva aventura que se convierte, por obra de su espada, en triunfo sobre el egoísmo. HAXTUR no entiende de componendas.

En esta hora que se quiere juvenil, ante una sociedad que padece presiones de todo tipo, incluso hasta el abuso, HAXTUR esta viva representación de ese ideal de la juventud de hoy que se resume en sinceridad, generosidad y valor.


Resultan curiosas algunas de estas frases como: el abuso de poder, la alienación de la persona humana, la ausencia de libertad o una sociedad que padece presiones de todo tipo, incluso hasta el abuso escritas en 1971 en el antiguo régimen franquista y dentro de una publicación dependiente del Movimiento. Más curioso cuanto que no sabían muy bien lo que estaban publicando. Se enteraron de quien era Haxtur cuando Jesús Cuadrado publicó en el número 503 de la revista Triunfo en mayo de 1972 estas palabras: “Haxtur” –según De la Fuente– es un manifiesto político. Según declaraciones del propio Víctor: Trinca estaba dirigida por un jesuita y luego por un jefe de falange. Esto no me permitía escribir una historia normal, así que tuve que jugar un poco con la semántica, a la hora de escribirla. Es un tanto compleja, debido al lenguaje empleado. No busqué una nueva narrativa, fue por necesidad. Jugué con las acepciones de las palabras para introducir cosas que no estaban permitidas. El artículo de Triunfo no le hizo mucha gracia al Ministerio de Información y Turismo, Víctor fue presionado y amenazado, a esto se unieron las diferencias con la editorial Doncel con respecto a los derechos de autor, este cóctel tuvo como consecuencia la emigración a Francia de De la Fuente junto con su familia en 1973.