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viernes, diciembre 01, 2006

HOMENAJE A DAVE COCKRUM.

Hace pocos días ha fallecido el historietista norteamericano Dave Cockrum. Como homenaje copio un artículo aparecido en la revista Vampus número 21, editada por I.M.D.E. en 1973, titulado “Conozcamos a… Dave Cockrum”:

Transcribimos a continuación lo que el dibujante Dave Cockrum nos cuenta de sí mismo, en una breve síntesis biográfica:

Cuando yo nací, mi padre estaba en las Fuerzas Aéreas, lo cual motivó que nunca pasáramos demasiado tiempo en el mismo sitio. Mis primeros recuerdos son de libros de “cómics” y de mis intentos mal dibujados de hacerlos yo. No diré que la gran ambición de mi vida haya sido dibujar “cómics”, porque mis padres lo desaprobaban. Mi padre solía decirme que yo podía hacer cualquier cosa que quisiera con tal de que fuese honesta y me facilitase un medio de vida. Yo pensé que esto significaba que el consideraba cosa deshonesta el dibujo de “cómics”. Para dar más énfasis a todo esto, mis padres me quemaban mis colecciones de libros de “cómics” siempre que tenían oportunidad de hacerlo. Los candados no me servían para nada.

Me instruí en una escuela de arte, pero me aburrí al cabo de tres años y la dejé para pasar una temporada en la Marina. Durante mi sexto año de enganche conocí a mi esposa, Andrea, a través de una página de correspondencia de la revista FANTASTIC FOUR. Nos escribimos durante cerca de tres años, y luego ella vino a California, donde nos casamos. Un año más tarde nació nuestro único hijo, Iván, y entonces nos fuimos a Guam (el último de los “paraísos tropicales” del que se dice a veces que es el paraíso tropical que ha matado a los paraísos tropicales). Se trataba en realidad de una estancia de servicio allí, pero esto sólo sirvió para reforzar mi determinación de abandonar la Marina y dedicarme al trabajo de los “cómics”. Al conseguir la licencia regresé a los Estados Unidos, donde, gracias a la ayuda y buena voluntad de Neal Adams y a un guión de prueba de Jim Warren, parece que he conseguido subir el primer peldaño de la escalera. Con toda la gente con ganas de ayudar que he conocido en el trabajo, creo que podré conseguir mi meta.